Cuando recibimos a un cachorro en casa, debemos tomar varias precauciones, tanto para facilitar el conocimiento de su nuevo entorno, como para protegerlos de algunos posibles riesgos caseros.
A la llegada de un cachorro a casa, debemos tener en cuenta que habitualmente en los hogares existen diversos elementos que pueden ser una trampa para nuestros nuevos amigos quienes, además de ser pequeños y muy curiosos, están comenzando a descubrir un nuevo espacio que todavía no les es familiar.
Algunas pautas a tener en cuenta:
- Retirar del paso los cables eléctricos, y asegurarnos de que no tenemos ningún cable ‘pelado’ con el que el cachorro se pueda electrocutar. Además será conveniente tapar los enchufes.
- Almacenar fuera de su alcance todos los productos de limpieza y desinfección, además de los pesticidas, herbicidas, raticidas, etc.
- También dejar fuera de su alcance todos los medicamentos y los objetos de tamaño pequeño que puedan causarle algún daño (como gomas, agujas, chinchetas, etc).
- No poner dentro de su ambiente plantas que puedan ser tóxicas para ellos, como el acebo, los tulipanes, los ficus, la hiedra o el rododendro.
Por otra parte mientras el cachorro esté dentro de casa debemos reajustar en cierta medida nuestras costumbres, como no cerrar las puertas sin asegurarnos de que nuestro nuevo amigo no se encuentra en el ángulo inadecuado y poner atención al andar para evitar que al jugar entre nuestras piernas lo podamos pisar.
Esperamos que estos consejos te sean de utilidad, porque, desde luego, en la educación de un cachorro, ¡más vale prevenir que curar!