Desde que el hombre tiene uso de la palabra, en las distintas culturas ha existido una para denominar a nuestros fieles amigos, y sabemos que ya hace 4000 años los egipcios tenían un jeroglífico referido a ellos.
El sonido egipcio para leer el jeroglífico era ‘Uhor’ y hacía referencia a un perro que seguramente se pareciese mucho a la actual raza Perro del Faraón.
Los romanos, en idioma latín, llamaban a estos fieles animales por la denominación can, canis que ha dado origen a la palabra que hoy en día es usada en la mayoría de lenguas derivadas, como por ejemplo, en francés, chien, en portugués ‘cão’, en italiano, cane y el gallego can.
En castellano, la palabra ‘perro’ tiene un origen muy distinto y particular, ya que provendría del sonido que hacían los pastores para llamar a sus perros, el cual sería algo así como «prrr, prrr”. Éste término onomatopéyico se habría hecho popular en la Edad Media a partir del año 1400 por los reinos españoles, dando origen a la palabra ‘perro’, que utilizamos hasta el día de hoy.