Argumentos contra cortar la cola a nuestros perros

Los perros poodle solían reconocerse por ser una raza de perro con la cola cortada. Pero más allá de la estética, cortarle la cola al aninal representa una amputación que no tiene sentido. Hoy en día, la gran mayoría considera el corte de cola como un manejo innecesario.

La cola es gran revelador del estado de ánimo del perro:

  • si la mueve de lado a lado, sus intenciones son amistosas;
  • si la mueve rápidamente y con energía, está contento;
  • si las oscilaciones son lentas, está confuso;
  • si los golpes son lentos y cortos contra el suelo, indican que se encuentra muy a gusto;
  • si tiene «el rabo entre las patas», es signo de un perro temeroso.

La cola, además de servir como un transmisor de mensajes, interviene en el equilibrio del perro al andar.

Sin embargo, el corte de cola trae los siguientes inconvenientes:

  1. Eliminación de un elemento básico de comunicación
  2. Si no se hace un buen corte es posible la necesidad de intervenciones futuras.
  3. Posibilidad de infecciones secundarias.

El corte de colas o caudectomía se realiza con tijeras quirúgicas, una navaja o una liga de hule. El corte atraviesa muchos nervios altamente sensibles en los tejidos, incluyendo piel, cartílago y hueso. Este procedimiento se lleva a cabo sin anestesia a los 3 a 5 dias de nacido el perrito.

No hallamos ninguna justificación razonable cuando se hace exclusivamente por estética, ya que provoca mucho dolor a un ser inocente al que supuestamente amamos. El corte de cola en los poodle es innecesario, ya que la cola en su medida original es reconocida en el estandar de la raza.

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