Controla los ladridos de tu poodle

Recientemente acogimos una perrita que llegó perdida a casa; los primeros días se comportó muy bien, estaba cohibida por los otros perros y no osaba a abrir el hocico. Al cuarto día se desmelenó, empezó a ladrar tanto que se quedó sin voz. Este hecho nos hizo constatar que el ladrido constante de 4 perros es muy molesto, y que cuesta mucho eliminar este mal hábito.

Al principio, el hecho de que Simón el poodle gris ladrara cuando escuchaba al vecino llegar, o cuando pasaba un niño molesto a tirarle piedras, nos parecía bien: estaba dentro de los límites aceptables de molestia. Al poco tiempo se añadió Luna lunera y el tono agudo de su ladrido daba un contrapunto un tanto estridente a la molestia, que iba en aumento. Con Chico interpretando aullidos y la Nueva con su voz grave e insistente, el panorama es insorportable.

El ladrido de los perros suele ser molesto, incómodo y problemático si vivimos en sociedad humana. Los motivos por los que un perro ladra son varios:

  • para llamar la atención cuando están solos
  • por aburrimiento
  • por sensibilidad a movimientos o sonidos

En la mayoría de los casos, el prro ladra porqué ha aprendido que así logra que lo atiendan. Aunque parezca contradictorio, si nuestro perro ladra continuamente y le gritamos «córtala», «para ya» o cualquier otra cosa, ha aprendido a llamar la atención aunque solo sea para mandarlo callar.

Para tratar de resolver este tipo de problema hay que evitar en la medida de lo posible las situaciones que provocan el ladrido, reducir la magnitud del ladrido cuando es inevitable que se produzca e incrementar el tiempo que el perro se mantiene sin ladrar.

Cuando tu perro se encuentre en periodos sin ladrar, felicítalo. Dale un premio aunque no lo esté esperando. Eventualmente, se dará cuenta que lo estás premiando por no ladrar.

Cómo entrenar a tu perro para que no ladre

Comienza con enseñarle a sentarse cuando se lo pides. Cuando el perro empiece a ladrar, acércate y dile con voz suave pero firme «quieto» (o «sit», o «siéntate», el comando que uses para pedirle que se siente). No le grites; si lo aprendió bien, debería hacerlo inmediatamente para recibir su premio. Si no se sienta, tendrás que volver a enseñarle a que se siente. Si te hace caso, repite la misma acción para asegurarte que no vuelve a ladrar.

Si el problema empieza cuando no estás en casa, tu poodle puede tener otro tipo de problema. Puede ser que se aburra por la soledad o tener un problema de ansiedad por separación.

Mientras más tiempo haya estado tu perro ladrando sin que lo corrijas, más difícil será de solucionar el problema, pero no es algo imposible. Los poodle son la segunda raza más inteligente y esto se mide por las pocas repeticiones que necesitan para aprender órdenes y la buena memoria que tienen para recordarlas. No pierdas la esperanza y sé consistente, con el tiempo conseguirás buenos resultados y verás los cambios positivos.

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